
Dice en la Biblia: que tales y tales y tales, no heredarán el Reino de Dios....
miedo ? represión ? incomprensión ? decisión ? elección ? quien quiera que sea, puede optar, puede decidir, puede hacer lo que sienta, lo que quiera; justamente porque los derechos humanos son para todos, cada cual puede hacer lo que quiera hacer con su vida.
Puede decidir vivir libre, vivir atado, vivir sano o enfermo, suicidarse o apostar a algo mayor.
Quién puede oponerse ? Quién fue elegido para decidir por otro, sino uno mismo por sí ?
Si elijo reprimir la tendencia a mentir, si elijo estar con Dios y que Él me ayude a dejar de mentir, está mal ?
Si quiero dejar de ser un alcohólico y busco a Dios y Él me ayuda y logro dejar de beber, está mal ?
Si elijo poner en manos de Dios la tendencia, debilidad, gusto o lo que sea, hacia lo que sea que no me gusta tener, sentir, está mal ?
Y quién puede decirme que lo que yo hago está mal ?
A quién perjudico con lo que hago, con lo que siento ?
Quién puede decir que tengo un sentimiento equivocado ?
Si quiero, si deseo, si decido ponerme en manos de Dios y Él es capaz de ayudarme a vivir como yo quiero, y si lo que yo quiero condice con lo que Él quiere, dónde está el mal ?
Si hago de mi vida lo que quiero, por qué razón puede ser criticada mi decisión ?
Reconocemos que hay situaciones que pueden ser cambiadas, de quién depende ?
de quién quiera cambiarlas.
Quien pretende obligar a otro a hacer algo que no desea se pone en una postura odiosa, mas que legalista.
Quien pretenda que alguien no haga algo, se transforma en un legislador, un mal juez, y es alguien que no fue creado para eso.
La libertad radica en que cada cual haga lo que quiera. Y mi libertad está en dejar que otros hagan lo que quieran, si mi libertad es real y verdaderamente amplia, dejaré que los demás hagan su historia, su vida, sin que me afecte, no tendré temor que me obligue nadie a ser como quieren ellos, no tendré preocupación por mensajes subliminales, ni mensajes amenazadores, ni dulces o psicológicos discursos, si vivo en libertad y seguro de lo que estoy haciendo, aunque para otros parezca atroz, ridículo, antiguo, retrógrado, fuera de lugar, y aún pecaminoso en el concepto de religiosos, espiritualistas, etc., no tengo por qué preocuparme, no acuso a otros, no condeno a otros, no estoy persiguiendo a nadie a que haga lo que yo hago. Pero si le extenderé mi mano a quienes quieran probar por propia decisión lo que a muchos les resulta favorable, agradable, óptimo. Por qué no ?
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