La angustia de NO pecar- 2

Cuando hablamos de la angustia de NO pecar, estamos pensando en el mismo dolor que se produce por haber pecado, solo que este sentimiento es previo al pecado, pero que es el resultado de realmente morir al YO, el que está inclinado al mal, y que está siendo sujeto al Espíritu Santo, pero con el consentimiento del espíritu humano y el Yo que está siendo también negado y llevado a la sujeción de Cristo.

La angustia de No pecar es el estado mas fuerte que se puede experimentar, ya que el dolor por una enfermedad, o la tristeza o angustia por un desamor, o por un fracaso, o por cualquier razón externa al espíritu llegan al ser humano, pero la decisión de NO pecar, es algo que puede experimentar solo aquel que DECIDE morir a sí mismo.

En el momento en que el adicto decide no almacenar imágenes, no revolver en el Altillo de los elementos que usó una vez y pueden activar emociones, en el preciso momento en que el adicto resuelve que NO va a pecar, siquiera con los ojos (Mat. 5: 27 a 30 y 18: 9) comienza una terrible lucha entre el Yo carnal, el viejo hombre que quiere prevalecer y el espíritu que está en alianza con el Espíritu Santo.
Esta situación produce una gran angustia, porque el cristiano DECIDE no mirar, no pensar, no volver a ver, no poner los ojos en lo que lo llevará sin dudas a una caída lamentable.

La angustia por NO pecar es el mas santo de los momentos y los estados de un cristiano.

Que es difícil ?
SI lo es.
Qué es doloroso ?
SI! absolutamente doloroso.
Que se puede lograr?
Claro que SI
Lo podrá hacer !una y otra vez, siempre que DECIDA limpiar su alma en la angustia de la obediencia y la santidad.

Sin necesidad de mucha reflexión por el tema, es absolutamente feliz el cristiano que vive en esa constante angustia de no pecar, porque cuando una y otra vez logra pasar por encima de la tentación, cuando no se detiene a elaborar lo que podría hacer para satisfacer lo que luego lo lleva a la angustia de haber pecado, cuando el cristiano llena su Almacén de cosas rectas, de buen nombre, honorables, sencillas y puras, tendrá mas y mas valor para soportar la angustia de NO pecar.

Consideremos la diferencia de vivir o pasar por la angustia por NO pecar, con la angustia de haber pecado.
En la última, esa angustia va acompañada por la culpa, la risotada del diablo, la frustración, el deseo de desaparecer, la bronca y muchos otros sentimientos. Es una cadena que enrosca, esclaviza y asfixia.
En la primera opción : al pasar por la angustia de NO pecar, se desarrolla el carácter cristiano, se madura como persona, se adquiere valor, se recupera mas y mas la dignidad de ser, se recibe mas poder para que las próximas experiencias sean menos traumáticas, dolorosas o angustiantes, llevando al cristiano/adicto a un escalón de santidad cada vez mas alto. Disfrutando de poder soportar la tentación y también la angustia de la abstinencia.
El mismo Espíritu Santo será quien sostenga al cristiano en medio de esa angustia, que si bien en casi todos los casos es un momento brevísimo aunque parece una eternidad y que también pareciera que no se va a lograr; Él sostiene al hombre que lucha con la cesión de derechos y los mantiene en su gobierno, no cede su derecho de ser santo a nadie, aunque sea a un ALTÍSIMO costo